Reportaje del exterior de la colegiata de Santa Maria la Mayor de Toro (Zamora)

La iglesia de Santa María de Toro es un edificio construido en la segunda mitad del siglo XII, en tiempos del reinado de Fernando II de León, en aquellas décadas en que León y Castilla se separaron como reinos independientes hasta los tiempos de Fernando III en que se unirían para siempre.

Probablemente, el solar donde se asienta estuviese ocupado por otro templo anterior, de estilo prerrománico y tiempos de las primeras repoblaciones.

La colegiata de Toro actual es una voluminosa construcción del románico tardío cuya estampa impone una fuerte impronta estética como en pocos casos en el románico español. Como veremos, es deudora en sus planteamientos de las cercanas catedrales de Zamora y Salamanca.

La colegiata de Toro se llevó a cabo desde el último tercio del siglo XII (alrededor de 1170) hasta bien entrado el XIII, en su estructura básica, aunque hay que señalar que la portada occidental no se terminó hasta finales del siglo XIII, durante el reinado de Sancho IV, e incluso algunas otras partes se seguían trabajando en el XIV.

Como consecuencia de tan largo periodo se aprecian diferentes maneras de enfocar la construcción, aunque ello no ha afectado a su armonía general. 

La construcción románica se considera realizada en dos fases sucesivas por talleres bien distintos y diferenciados en sus planteamientos.

Un primer maestro, empleando como material la piedra caliza blanquecina, fue el creador de la magnífica cabecera y portadas laterales usando un lenguaje románico evolucionado y refinado, incluso con planteamientos vanguardistas como fue su intención de crear un templo abovedado con crucería, como en los casos de Zamora y Salamanca.

Paradójicamente el segundo maestro que finaliza la construcción y cubre el templo emplea recursos más arcaizantes (bóvedas de cañón para nave principal y transepto) y utiliza piedra arenisca de color más rojizo.

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