Estos catálogos cumplen varias funciones clave. En primer lugar, sirven como
una herramienta educativa, proporcionando información detallada sobre las
obras y los artistas. También actúan como un registro histórico de la
exposición, preservando la esencia de la muestra para las generaciones
futuras. Además, los catálogos se convierten en piezas coleccionables y
valiosas para aquellos interesados en el arte y su evolución a lo largo del
tiempo.