El Cristo Yacente que forma parte de la escena central de la Piedad del retablo mayor de la parroquia del Sagrario de la Catedral Hispalense.
Es ésta una de las mejores obras iconográficas de las que dispone Sevilla, tallada por Pedro Roldán y policromada por Juan Valdés Leal. La escena se encuentra en el retablo mayor del templo, cuya ejecución se sitúa entre los años 1665 y 1669 y es obra de Francisco Dionisio de Ribas.